"Una fábula es un género narrativo en verso o prosa
que tiene un fin didáctico. Las fábulas suelen ser breves, protagonizadas por
animales personificados,
y contienen una moraleja que a veces aparece al final. Este género tiene su
origen en las civilizaciones antiguas del Oriente Próximo, pero lo desarrollan
aún más los escritores greco-latinos, como Esopo y Fedro."
FÁBULA
El león
Enamorado
Y no podía el labrador decidirse a dar
su hija a tan feroz animal, ni negársela por el temor que le inspiraba.
Entonces ideó lo siguiente: como el
león no dejaba de asistirle, el labrador le dijo que le parecía digno para ser
esposo de su hija. Pero el león, al menos debería cumplir con la siguiente condición:
Que se arrancara los dientes y se cortara sus uñas, porque eso era lo que
aterrorizaba a su hija.
El león aceptó los sacrificios porque
en realidad la amaba.
FÁBULA
La paloma y la
hormiga
Cierto día una hormiga obligada por la
sed bajó a un manantial, y fue arrastrada por la corriente, estaba a punto de
ahogarse. Cuando de repente apareció una paloma que al ver esta emergencia,
desprendió de una árbol una ramita, y la arrojó a la corriente para que la
hormiga se montara encima, y de esta manera salvarla.
Mientras tanto un cazador malvado se
adelantó con su arma preparada para cazar a la paloma cuando la hormiga llegó a
la orilla picó en el talón al cazador haciéndole soltar su arma.
La paloma aprovechó el momento para
alzar el vuelo y a partir se ese momento fueron las mejores amigas, ya que
comprendieron el valor de la solidaridad y la amistad.
FÁBULA
El
águila y la Zorra
Cierto
día un hombre capturó a un águila, le cortó sus alas y la soltó en un corral
junto a muchas gallinas. Apenada el águila quien fuera poderosa, bajaba la
cabeza y pasaba sin comer, se sentía como una reina encarcelada.
Pasó
otro hombre que la vio, le gustó y decidió comprarla. Le arrancó las plumas
cortadas y se las hizo crecer de nuevo. Repuesta el águila de sus alas, alzó
vuelo, apresó a una liebre y se la llevó en agradecimiento a su liberador.
La
vio una zorra y maliciosamente le aconsejó diciéndole: No le lleves la liebre
al que te liberó, sino al que te capturó; pues el que te liberó ya es bueno sin
más estimulo. Procura mas bien ablandar al otro, no vaya a atraparte de nuevo y
te arranque completamente las alas.
El
águila luego de escuchar a aquella zorra malechora, la ignoró y no le hizo caso
ya que el águila tenia muy presente corresponder generosamente a las buenas
acciones y mantenía su postura alejándose de la malvada zorra que insinuaba
tomar decisiones incorrectas.
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